La Serpiente y la Manzana
No sabía si lo escuchaba en sueños o estaba ahí fuera en el mundo real. No sabía si eran alucionaciones o historias sonoras que nacían en mi mente. Pero seguía escuchando, y sentía que venía del otro lado del pasillo. Era un sonido dulce y oscuro. Era ella que suspiraba. Me desperté y en seguida me di cuenta que era real. Seguí el rastro que dejaba su grito pasivo y agudo, hasta que la encontré allí en el sofá con su pelo tan negro como una pesadilla, sus ojos cerrados delirando ansias y sufriendo alegremente. Mientras uno de sus brazos se movía como una serpiente que devoraba la manzana rosada entre sus dos largas piernas.
Sintió mi presencia y abrió los ojos dilatados, los labios y las mejillas con un nivel torrencial de fluído sanguíne. Su otra mano tocaba su seno derecho y sus dedos jugaban de forma teatral con su pezón más duro y frío que un glacial. Eran firmes y divinos, pequeños y tiernos. A veces parecía perder respiración y se revelaban en su delgado cuerpo sus costillas y los huesos de sus finas caderas. Con su movimiento ocupó mi alma de sueños. Y me pidió entre gemidos que no parara de mirarla.
Y terminó con un chillido que al parecer nació en to el movimiento de su cuerpo y la respiración era más agitada. La serpiente se alejó de su manzana ya devorada, y yo noté la sensibilidad extrema con la que reptaba. Me puse de pie y y coloqué su delicada nuca entre mis manos y la besé en la frente.
Sintió mi presencia y abrió los ojos dilatados, los labios y las mejillas con un nivel torrencial de fluído sanguíne. Su otra mano tocaba su seno derecho y sus dedos jugaban de forma teatral con su pezón más duro y frío que un glacial. Eran firmes y divinos, pequeños y tiernos. A veces parecía perder respiración y se revelaban en su delgado cuerpo sus costillas y los huesos de sus finas caderas. Con su movimiento ocupó mi alma de sueños. Y me pidió entre gemidos que no parara de mirarla.
Y terminó con un chillido que al parecer nació en to el movimiento de su cuerpo y la respiración era más agitada. La serpiente se alejó de su manzana ya devorada, y yo noté la sensibilidad extrema con la que reptaba. Me puse de pie y y coloqué su delicada nuca entre mis manos y la besé en la frente.
2 Comments:
me gusta este post... como siempre, erotic sin ser vulgar. y tus analogias/metaforas... flawless!
Ufff!!!
Publicar un comentario
<< Home