Sólo Te Pido
Sólo te pido que regales ese momento de la noche que ya es oscuro
pero que aún la noche no se siente cansada y también se quiere ir a dormir.
Que no sólo sea tocar tu piel y sentir tus muslos cuando los acaricio de miedo con mis manos
y tú te recuestas en mí para sentirme, pero hay un miedo que nos arropa, y esa inseguridad que nos domina por momentos.
Sólo te pido ese momento en que aprietas tus senos contra mi pecho buscando un abrazo escondido del resto y casi suplicando que no te deje.
Sólo te pido que me dejes llegar más allá con mis labios, hasta tocarte sin pudor con mi lengua y sentir como gimes en silencio cuando me sientes, y percibir como si soñaras entre mis brazos; con mi beso fantasma.
Sólo te pido que la calidez de tu piel se consuma entre la línea que hay entre tu cuerpo y el mío, sin pensar en más miedos, sin pensar en minutos, sin pensar en los demás, solos tú y yo.
Tu cuerpo, el mío. tus pechos, tus piernas, tus muslos, tu espalda desnuda, mis manos en ella y ese sudor que será testigo de nuestras contorsiones simultáneas y arlequynescas.
Sólo te pido que te olvides del resto y te vengas conmigo...
pero que aún la noche no se siente cansada y también se quiere ir a dormir.
Que no sólo sea tocar tu piel y sentir tus muslos cuando los acaricio de miedo con mis manos
y tú te recuestas en mí para sentirme, pero hay un miedo que nos arropa, y esa inseguridad que nos domina por momentos.
Sólo te pido ese momento en que aprietas tus senos contra mi pecho buscando un abrazo escondido del resto y casi suplicando que no te deje.
Sólo te pido que me dejes llegar más allá con mis labios, hasta tocarte sin pudor con mi lengua y sentir como gimes en silencio cuando me sientes, y percibir como si soñaras entre mis brazos; con mi beso fantasma.
Sólo te pido que la calidez de tu piel se consuma entre la línea que hay entre tu cuerpo y el mío, sin pensar en más miedos, sin pensar en minutos, sin pensar en los demás, solos tú y yo.
Tu cuerpo, el mío. tus pechos, tus piernas, tus muslos, tu espalda desnuda, mis manos en ella y ese sudor que será testigo de nuestras contorsiones simultáneas y arlequynescas.
Sólo te pido que te olvides del resto y te vengas conmigo...