Quién tiene el control?

Voy por la calle y miro cientos de mujeres preciosas, hermosas, despampanantes, alucinantes, de todas formas que puedan despertar el morbo, el sentido o el lado sexual, como quiera llamarse. Y luego me pregunto: los hombres son presidentes de bancos, presidentes de naciones, levantan grandes edificaciones, crean presupuestos importantes, toman decisiones definitorias, dirigen el tráfico, pilotean aviones de más de 300 pasajeros, en fin tienen en sus manos (tenemos) responsabilidades puras del machismo.

Pero? Quienes en verdad tienen el control? Pues esta tarde viendo y en todo el día de hoy pude darme cuenta que al final de la noche, cuando cada hombre de estos llega a su casa y estira las piernas para descansar del agitado día y mira a su mujer que bien pueda conservar cierta belleza o no, lo que quieren es sumergirse entre las piernas de ellas, o meter entre labios de plata nuestro acero inolvidable, o simplemente tocar los senos o hacer actos sexuales inimaginables para la sociedad para cual nos disfrazamos. Al final de ese día ellas tienen el control que se resume en: la vagina, el culo o las tetas. Y ellas deciden si dormiremos relajadamente después del placentero acto sexual o si al día siguiente estaremos rabiando como un león para el cual no han llevado todos sus deseos mientras duerme.

Entonces pregunto a los machistas: Se creen ustedes que de verdad tienen el control? Yo en lo personal finalmente realized que las mujeres nos controlan por lo que llevan entre las piernas. Y vaya forma más placentera y excitante de controlarnos. Yo desearía que miles de bellas de mujeres me tomaran el control por un simple órgano vital (y vaya si nos da vida!!).

Esto lo pido personal: que si me controlan no sean tan torturadoras, aunque un poquito de tortura tampoco cae mal. Las demás hagan con su pareja lo que les de la gana.

Hay que ver que belleza es ver a una bella mujer con sus tacones super finos y caros, un collar de perlas, el pelo recogido y un sostén de encaje abrir las piernas cuando se recuesta en el sofá.

Dios si que sabía lo que era perfecto.